viernes, 30 de noviembre de 2012

Crónica Media Maratón de Granada (por jszamudio)

El pasado 04 de noviembre participé por segunda vez consecutiva en la Media Maratón Ciudad de Granada, prueba que está fija en mi calendario deportivo al convertirse en una de mis favoritas.

Y es así no sólo por los aspectos deportivos, si no porque aprovecho esta cita para escaparme en familia a una de las ciudades más maravillosas y encantadoras que yo haya conocido. En esta ocasión, a mi mujer y a mis tres hijas, nos acompañó mi amigo José Antonio con su familia.

No obstante, la planificación del fin de semana empezó con muchísima intriga. Las previsiones meteorológicas auguraban un fin de semana de lluvia bastante importante, y ya fuera por viajar con tres niñas pequeñas o por plantearme correr 21 kms, todos los de mi alrededor me recomendaban replantearme la escapada.

Como suele ser habitual, no hicimos caso a ninguno de estos agoreros, y puntuales, el sábado por la mañana emprendimos la marcha hacia Granada, a donde llegamos sobre las 12 del mediodía, dirigiéndonos a la Feria del Corredor situada en un Centro Comercial cercano al Palacio de los Deportes, a fin de recoger nuestros dorsales y nuestra bolsa de regalo.

Inmediatamente nos dirigimos hacia nuestro hotel y, tras almorzar, a dar una vuelta por algunas de las mas bellas calles granadinas, disfrutando de las teterías, las tiendas de especias y los bazares, al mas puro estilo oriental que podáis imaginar.

Así, aproximadamente a las 8.00 de la tarde, pusimos rumbo de vuelta al hotel y aprovechamos para cenar en un italiano cercano, algo de pasta y pizza, que al día siguiente nos vendría bastante bien.

Sin ningún retraso sobre el horario previsto, a las 7.00 de la mañana siguiente me bajo hacia el hall del hotel, donde ya me espera José Antonio, rodeado de un montón de japoneses que se disponían a abandonar la ciudad y que miraban un poco extrañados nuestra indumentaria deportiva (“están locos estos occidentales!”). Nosotros nos fuimos a la cafetería y dimos cuenta de un excelente desayuno antes de salir a la calle en busca del bus urbano que nos trasladaría desde el centro de la ciudad a las afueras, donde se ubicaba la salida de la prueba.

Durante el trayecto vamos intercambiando impresiones, desde la indumentaria que usaríamos en función del clima (en ese momento no teníamos claro si llovería, haría sol o frío) hasta si iríamos provistos de algún gel o barrita que nos aportara algo de energía, caso que fuera necesario.

Tras sólo 25 minutos de trayecto, y en un alarde de seguridad, le digo a José que he decidido acometer la prueba con ropa corta (ni mallas largas, ni térmicas, ni pamplinas) y que, como me siento fuerte, no voy a cargar con ningún gel ni barrita, ya que se que no las necesitare para nada. En fin, ahora pienso que quizás, lo dije todo sin pensar demasiado, jejejeje.

Pues por fin alcanzamos el Complejo Deportivo Núñez Blanca en pleno barrio de El Zaidin, magnificas instalaciones deportivas desde donde tiene lugar la salida y la meta de la Media Maratón, y vamos encontrándonos con numerosos amigos y conocidos que han venido, como nosotros, desde bastante lejos a disfrutar de esta magnifica jornada deportiva. Sin mas nos vamos al vestuario a cambiarnos y, desde ahí, al guardarropa a dejar nuestras bolsas. Apenas faltan 20 minutos para salir y el ambiente que se vive es inmejorable. Todos concluimos que parece que el record de participación de la prueba se ha superado.

Una vez en el cajón de salida, nos colocamos los dorsales y los chips, y en unos minutos tiene lugar la salida de la XXX Media Maratón Ciudad de Granada, momento en el que empezamos a trotar, esperando que poco a poco el grupo se vaya estirando y nos vaya permitiendo coger un ritmo en el que nos sintamos cómodos.

Los primeros 4 kilómetros trascurren por las amplias avenidas del Zaidin, y nos permiten tener constancia de la afluencia de participantes de toda Andalucía, y también de fuera. Pasamos por fin, y por segunda vez por el globo de salida, ahora ya para dirigirnos hacia el exterior de la ciudad, que iremos bordeando hasta aproximadamente el km 9.

En este punto me doy cuenta de que las sensaciones son muy positivas e impongo a mis acompañantes un ritmo que les cuesta seguir, pero que estoicamente soportan. En este momento hago un repaso mental y, la verdad sea dicha, hacia tiempo que no tenia tantas buenas sensaciones.

Sin más, a partir del km 10 alcanzamos el barrio de La Chana, donde el trayecto deja de ser llano para dar paso a 3,5 km de subida no muy exagerada, pero si constante, que hace que los ritmos sean un poco más discretos. Y aunque fuera sufriendo un poco, continuamos nuestro avance hasta, por fin, el km 14 donde la inclinación del terreno cede para volver a llanear ya hasta la línea de meta.

Dejamos, poco a poco, detrás las zonas residenciales para dirigirnos hacia el centro de Granada, lo que nos permite disfrutar de esta maravillosa zona monumental, discurriendo la prueba por zonas como el Arco Elviria, la Gran Vía o los Jardines de Triunfo. En este punto vuelvo a forzar un poco la máquina y a recuperar los ritmos de antes de la subida.

En este momento recibo una agradable sorpresa, al llegar al punto donde nuestras familias están presenciando la carrera. Ya os podéis imaginar el alegrón que me pude llevar al ver a mis hijas dándome ánimos…sin palabras.

Cuando ya me situaba, aproximadamente, en el km 17, a buen ritmo, aun con buenas sensaciones y pensando que podría, por fin, obtener una nueva MMP en Media Maratón, de repente aparece “el tío del mazo”…de buenas a primeras noto como el cuerpo se queda sin energía y todo lo que había venido disfrutando hasta el momento se esfuma, pasando a un estado “catatonico” en el que mi mente se centra en calcular cuanto falta para alcanzar la meta. En este momento me viene a la mente cuando un rato antes le dije a José Antonio aquello de “¡yo no necesito geles ni pamplinas!”…pues eso, que me equivoqué, jejejeje.

Bueno, pues acometo como puedo estos kilómetros que me quedan, cuando alcanzo el 19, y la mente, ante la inminencia de la meta, me echa un cable y vuelvo a ver la luz…el terreno pica a descenso y el público se va amontonando en las aceras, detalles esto que a todos nos hace recuperar un poco de optimismo, por muy mala que sean nuestras condiciones.

Alcanzo el tartán de la pista de atletismo y emprendo la recta de meta con muchísima decisión sabiendo ya que el esfuerzo llega a su fin. Como siempre, esta prueba me ha hecho disfrutar del running y prometo volver el próximo año.


Yo me dirijo a la ducha y a los vestuarios y, junto con los amigos, me dirijo de nuevo al centro de la ciudad al encuentro de nuestras familias, que nos premian con unas cañas en un marco incomparable como es la Plaza de la Catedral de Granada.

Ficha de la Cursa

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