viernes, 30 de noviembre de 2012

Crónica Maratón Montseny (por samirunner71)

Crónica – Marató del Montseny 2012 (11.11.2012) por samirunner71 fotos: Emma S. y Miquel Vidal.

El domingo 11 de noviembre finalmente llegó el día de mi reto deportivo más grande hasta ahora en mi breve carrera de runner popular: ni más ni menos que una maratón de montaña tan dura como es la Marató del Montseny, que recorre 42 kilómetros en el parque natural de Montseny, pasando por las cimas de Matagalls, Les Agudes y Turó de l’home a unos 1700m de altura y acumulando un desnivel positivo de 2700m y otros tantos en negativo.

Descubrí esta carrera meses antes, cuando había realizado algunas carreras de trail de hasta 25km y estaba entrenando con las vistas puestas a más eventos de larga distancia. Ya que quedaba tiempo para prepararme, me atreví a inscribirme. Una vez llegado el gran día, quedó evidente que no empecé la preparación ni un día demasiado pronto.

El día de la carrera toca madrugón, el despertador suena a las 4 y algo, para dar tiempo a desplazarnos hasta la casa de un amigo que nos deja su coche y estar saliendo de Barcelona antes de las 6 de la mañana. Mi novia conduce, yo desayuno de camino, pan de molde con Nocilla y mermelada y un plátano. Llegamos a Sant Esteve de Palautordera a tiempo para recoger el dorsal y la bolsa de corredor, muy completa con una camiseta bonita, un tubular y más regalitos.


Según la información, 400 corredores toman la salida (385 serán finishers, no está nada mal). Miro a mi alrededor y veo que yo tengo los cuádriceps más cachas de todos… si junto las dos piernas, contra una de otro corredor. De hecho, con algunos, dudo que ni así llegaría. Aquí hay gente que ha subido algún que otro monte en su vida.

Ya en posición en la parrilla, celebramos un respetuoso minuto de silencio en honor a Teresa Farriol. Termina el minuto, y empiezan a sonar los acordes de “Highway to Hell” de AC/DC. Una canción que siempre me ha gustado, pero ¡no solía yo ponerme en situaciones donde este tema fuera indicativo de lo que me depara el día!

¡Ya estamos en marcha! Los primeros kilómetros trascurren por pistas forestales bastante amenos y sin mucha dificultad (salvo algún repecho que incluso nos obliga a trepar apoyando las manos en los troncos de los arboles) en un terreno que tiende a subir poco a poco. Intento llevar un ritmo tranquilo pero constante, que será la única manera de acabar la carrera. Voy bien, enfilando con unos cuantos corredores. Sobre el km 8 empieza a llover y estoy contento por llevar un cortavientos. No dura mucho y la temperatura sube, hasta llego a tener calor.

Una dificultad añadida en esta carrera son los cortes horarios en distintos puntos de control. Mirando el perfil, no preveo ninguna dificultad en llegar a tiempo al primero, en Sant Bernat, km 17. Y así es, llego sobradamente en 2:15 aproximadamente y estoy bien colocado en la carrera. Veo que el avituallamiento es muy completo, con fruta, chuches, frutos secos, bollería, bebidas y de todo. Decido entrar para comer algo rápido y meter la chaqueta en la mochila.

Continúo, y ya va empezando la carrera de verdad. El terreno empieza a inclinarse y veo un cartel señalando a Matagalls, que será nuestro camino. Llegamos al pie de la primera de las dos subidas brutales incluidas en el recorrido. Y aquí empiezan mis problemas. La subida es de muchísima pendiente, y muy, muy larga. Unos 800m de desnivel en 2,5km. Pensaba que estaba en forma, y quizás lo esté, pero esto me está resultando muy duro. Jadeo, gruño, sigo subiendo paso a paso. Paro a tomar un gel y volver a ponerme la chaqueta – la altura y la bajada el ritmo me hacen sentir el frío de nuevo. La subida es eterna, me pasa un montón de gente, y me doy cuenta de que me he atrevido con una carrera realmente exigente. Las vistas son espectaculares, y aunque me resulta difícil disfrutar ni de ellas ni de nada, hago una “foto mental” para guardarla para después.

Por fin llegamos a la cima y respiro más ligero. Bajamos unos metros por una bonita pradera donde flota la niebla. Pasamos el control del km 20 (¡han sido los 3 kilómetros más lentos de mi vida!) y empezamos a bajar por la otra ladera del monte. Este tramo es precioso, con los colores del otoño inundándolo todo, los arboles y la tierra cubierta de hojas caídas. Un panorama sacado de un cuento.

Seguimos bajando, tengo las piernas ya muy castigadas y miro el reloj, consciente de que me va a costar llegar a tiempo al siguiente control con corte horario, en el km 23, y sobre todo al último, que estará en el punto más alto de la zona, en Turó de l’Home, en el km 28,5. Finalmente llego al control en Sant Marçal con 15 minutos de margen. Sigo a trote por la pista que es llana durante unos minutos, llevando al comienzo de la segunda subida fuerte del día. Veo que por suerte no es tan bestia como la de Matagalls, vamos por un sendero serpenteante y aunque es demasiado para subirlo corriendo, consigo apretar el ritmo caminando y hasta adelanto a un corredor, que también está sufriendo la exigencia del recorrido y con quien hacemos cálculos sobre nuestras posibilidades de llegar al control a tiempo. La parte final de esta subida vuelve a ser dura, con mucho pendiente y rocas.

Llegamos a la cumbre en el pico de Les Agudes, es un alivio pero solo en parte, ya que aún quedan un par de kilómetros por el collado hasta el control. Echo a trotar como puedo, mirando el reloj diciéndome que tengo que llegar, no he venido hasta aquí, no he escalado estos dos monstruos para quedarme fuera ahora. Hay mucha niebla y solo espero que la carpa del avituallamiento aparezca en medio de ella ya. Finalmente aparece, he llegado con 5 minutos de margen.


El avituallamiento aquí arriba está gestionado por el club de trail running Koala’s Team (@KoalasTeam), famosos por sus conocimientos de carreras de montaña – y por sus preferencias en cuanto a las bebidas “isotónicas”. Así que hay a disposición de los corredores, cantidades generosas de una cerveza negra fuerte. Dos compañeros, efectivamente, optan por esta forma de hidratación. Me pongo en una foto con ellos y sus latas de cerveza, yo con mi patético botellín de agua, y comento que si cuento esto en mi tierra, no hay quien se lo crea (además de que las autoridades rápidamente lo prohibirían y les meterían una multa importante). Responden que claro, allí se tomará directamente el vodka.

Bromas aparte, había calculado que si llego en hora aquí, podré estar ya más tranquilo y llegaré sin muchos problemas a la meta en menos de 8 horas, el tiempo máximo permitido para ser oficialmente finisher, según el reglamento. Resulta que no va a ser así de fácil. El resto es casi todo bajada, pero ahora, después de dar una pequeña vuelta para llegar a pisar lo más alto de la montaña, toca una larga bajada bastante técnica y de mucho pendiente. Ni que decir que mis piernas están hechas gelatina, si normalmente tengo poca técnica de bajada en montaña, ahora nada de nada. Voy tropezando cuesta abajo como buenamente pueda. Adelanto a un compañero que explica por el móvil, seguramente a los suyos que le esperan en la meta, que ya pasó lo peor pero la bajada igualmente está costando mucho. Le hago un gesto intentando transmitir que siento exactamente lo mismo, y sigo a trompicones. Finalmente la pendiente se suaviza y llego al avituallamiento de km 33. Ya queda menos, pero voy a contrarreloj. Esta carrera no va a dar tregua hasta la línea de meta. Lucho, pero estoy contento de al menos poder correr estos últimos kilómetros e incluso adelantar a algún corredor más. En mi mente al mismo tiempo maldigo a los organizadores por este límite de tiempo tan duro, y les doy las gracias – esto hace que aunque voy entre los últimos, la carrera se convierte en un reto y se puede decir que estoy haciendo deporte y no solo paseando.

El terreno sigue con tramos más o menos técnicos, aquí no va a haber dos kilómetros de asfalto para trotar en modo crucero a la meta. Paso una granja de avestruces que ya vimos de camino de ida. El sendero va pegado a la verja de la granja, y hay un pájaro enorme justo al otro lado. Mi cabeza pasa a centímetros de la punta de su pico. Me mira con una cara muy simpática y una expresión de curiosidad, y la verdad es que le entiendo perfectamente.

Veo un cartel fijado en un árbol avisando que solo quedan 5km y animando al corredor. De aquí a la meta, los kilómetros están marcados así – otro bonito detalle en la lista de méritos de la organización. Hasta que quedan 2km, no estoy seguro de que voy a llegar en menos de 8 horas, y ni entonces puedo aflojar el ritmo. Llego a la orilla de un río. No me queda tiempo y estoy demasiado cansado para ponerme a buscar piedras por donde saltar, así que me meto a saco en el río que me cubre hasta los tobillos, y salgo en el otro lado con las zapatillas llenas de agua fría. Sigo corriendo. Llego a otro río, repito lo mismo. Ya casi estoy, me lo empiezo a creer, voy a ser finisher de la bestia parda que es la Marató del Montseny. Termina el bosque y un trozo de calle asfaltada me lleva al pequeño puente al otro lado del cual espera la plaza con la ansiada meta. Unos vecinos me animan, en el puente un grupo de niños me extiende las manos para chocar los cinco. Hace horas que cada paso me duele pero estoy feliz, paso por debajo de los arcos de meta y ya está, lo he conseguido. 7h 53min 01sec. Por los pelos, pero lo he conseguido. Beso a mi novia y me saca una foto con una sonrisa que más bien es una mueca. Pero por dentro, es una sonrisa.


Una vez vivida la experiencia, puedo dar una muy buena nota a la organización de esta carrera. Todo muy animado, cada detalle cuidado, el trato al corredor excelente, los avituallamientos rebosantes, el circuito impecablemente marcado. En la zona de salida / meta, hinchables para los niños, una pantalla que transmitía imágenes en directo de algunos de los puntos más importantes de la carrera, un speaker incansable… Un aspecto del evento que quiero destacar es que creo que esta organización ha sabido crear un interés por el evento y una sensación de comunidad entorno al mismo en los meses previos. Creo que han acertado en sus comunicaciones por los medios sociales, por ejemplo, estando disponibles, facilitando información y contestando a preguntas, sin bombardearle al corredor con excesiva publicidad y hablando de temas que le interesan de cara a la carrera y la práctica de trail running.

En cuanto a mi valoración personal, me quedo con una sensación mixta. Estoy muy contento por haber hecho la carrera, pero tal vez era todavía un poco demasiado para mí. Siento que puedo manejar la distancia, pero no tanto el desnivel – las fuertes subidas me dejaron sin opciones de mantener un buen ritmo y conseguir mejor marca, y en general realizar una carrera un poco más equilibrada y disfrutarla todavía más. En todo caso, por supuesto que me quedo con una impresión positiva, terminar la MdM, por mucho que haya costado, me anima y me da confianza para ir mejorando. Creo que es una carrera muy recomendable, pero solo para los preparados.

Mis agradecimientos y enhorabuena en general a todos los participantes, la organización, los voluntarios y las entidades que hicieron posible este magnífico evento, y en particular a mi amigo Oriol por echarnos una mano con el transporte y, por supuesto, a mi pareja Emma por su apoyo en todas estas aventuras y la preparación que suponen.

Ficha de la Cursa

2 comentarios:

elparticula dijo...

Gran crónica Sami!! Enhorabuena finisher!!

AllGutsNoGlory dijo...

Gracias compañero :) !

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